Zusammen (Juntos) es una convocatoria para artistas
europeos que se lleva a cabo anualmente en la ciudad de Erfurt (Alemania) en
donde cada uno de los artistas interviene en el interior de una de las iglesias
de la ciudad. Este año fuimos invitados Apolonija Sustersic (Eslovenia), Alexej Kostroma (Rusia), Petra Natasha Mehler (Leipzig), Nedko Solakov (Bulgaria), Almuth Rink (Viena, Tokyo) y yo.
En
mi caso intervine en la Predigerkirche una iglesia en un principio católica y
actualmente protestante.
Predigerkicher |
Toda mi intervención tuvo lugar tras el altar y en
los laterales del ábside.
“Desde la Trinidad al Paraíso” (instalación), 1999
3 imágenes proyectadas, 24 bombillas, 24 bolsas de algodón y mecanismos eléctricos.
En esta instalación presento por medio de 3 imágenes proyectadas y luz la representación de la Trinidad y la entrada al paraíso:
Dios
en lo alto, representado por medio del signo de la cruz y un gran agujero
negro, como una gran cueva a oscuras. Para mí Dios es un gran silencio y
permanece en la oscuridad. Como dice José Saramago: “Dios es el silencio del
universo y el hombre el grito que da sentido a ese silencio”. La imagen
pertenece a una de las fachadas del castillo del cerro de San Cristóbal en
Almería, de origen musulmán (siglo X), desde donde posteriormente los
cristianos, en la época de los reyes católicos disparaban con sus arcos a
través del orificio. Esta imagen representa la cristiandad sobre la tierra.
La
imagen proyectada de Jesucristo es una talla en madera del arte románico español. La
silueta de “El Cristo del plato” está
suspendida en el aire, flotando, aspecto que me permite dar la impresión de
que Cristo levita frente a la pared. A
nivel espacial me interesa integrar dicha imagen de este Cristo con la imagen
de San Juan Bautista representado en el vitral en la parte superior. Pienso que
hay una implicación mutua.
Dios envió al Espíritu Santo por medio de fuego. Esa esencia lumínica, la llama, la he representado por medio de luces suspendidas sobre nuestras cabezas. 24 luces, el doble que el número de apóstoles. Para acceder a este espacio todos los visitantes debían pasar por debajo de esta instalación lumínica.
Por
último estas luces crean un recorrido desde Dios hasta la entrada al Paraíso
representado por un haz de luz blanca. Este haz es como una puerta
entreabierta tras la cual espera una luz cegadora. Uno puede mirar a través de ella por medio de su sombra. Esta
imagen la obtuve de la luz que emite una pantalla de televisión averiada (la TV
como mass media). El paraíso es el objetivo y la gran curiosidad de los creyentes.
Toni
Moranta, julio 1999
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